Ultras serbios protagonizaron serios incidentes y por dicho motivo el encuentro entre las selecciones de Italia y Serbio debió ser suspendido cuando apenas iban 6 minutos de comenzado. El partido correspondía al grupo C de la Jornada 7 las Eliminatorias Euro 2012.
En el Estadio Luigi Ferraris de la ciudad de Génova no hubo fútbol, sí hubo violencia provocada por los ultras Serbios que se acercaron al estadio. Los 1600 serbios que llegaron hasta dicha ciudad italiana fueron ubicados en un pequeño sector cercano a uno de los corner, desde donde los más violentos comenzaron a hacerse notar avanzando sobre los acrílicos que separaban las gradas del campo de juego, para luego proceder arrojando bengalas y rompiendo las instalaciones. Esto provocó, en primera medida, el retraso por media hora del encuentro, y luego la acción de los carabineros, que desde el campo de juego intentaron sin suerte calmar a los ultras, algo que si pudieron los propios jugadores de la Selección serbia, encabezados por Dejan Stankovic, quienes se acercaron a la tribuna y pidieron tranquilidad.
De esta manera, el encuentro pudo comenzar, pero cuando apenas iban 6 minutos, una bengala cayó al campo de juego en medio de una acción del partido, y el árbitro escocés, Craig Thompson, decidió suspender el encuentro.
Fuera de estadio, antes y después de partidos, los ultras provocaron destrozos en el centro comercial de la ciudad, y se produjeron serios incidentes entre los ultras y la policía local, producto del cual hubo 16 heridos y 17 detenidos, entre ellos Ivan Bogdanov (ver imagen), líder del grupo violento.
Los canticos de los ultras con consignas políticas en contra de la independencia de Kosovo, como así también por el acercamiento del país a la Unión Europea, confirman lo denunciado por las autoridades serbias, atribuyendo estos actos a temas políticos y no futbolísticos, y que los violentos, de ideología ultranacionalistas, acudieron al estadio con la clara intención de suspender el partido; como ejemplo de esto queda la agresión previa al encuentro sobre el micro que trasladaba a sus propios jugadores.
En el Estadio Luigi Ferraris de la ciudad de Génova no hubo fútbol, sí hubo violencia provocada por los ultras Serbios que se acercaron al estadio. Los 1600 serbios que llegaron hasta dicha ciudad italiana fueron ubicados en un pequeño sector cercano a uno de los corner, desde donde los más violentos comenzaron a hacerse notar avanzando sobre los acrílicos que separaban las gradas del campo de juego, para luego proceder arrojando bengalas y rompiendo las instalaciones. Esto provocó, en primera medida, el retraso por media hora del encuentro, y luego la acción de los carabineros, que desde el campo de juego intentaron sin suerte calmar a los ultras, algo que si pudieron los propios jugadores de la Selección serbia, encabezados por Dejan Stankovic, quienes se acercaron a la tribuna y pidieron tranquilidad.
De esta manera, el encuentro pudo comenzar, pero cuando apenas iban 6 minutos, una bengala cayó al campo de juego en medio de una acción del partido, y el árbitro escocés, Craig Thompson, decidió suspender el encuentro.
Fuera de estadio, antes y después de partidos, los ultras provocaron destrozos en el centro comercial de la ciudad, y se produjeron serios incidentes entre los ultras y la policía local, producto del cual hubo 16 heridos y 17 detenidos, entre ellos Ivan Bogdanov (ver imagen), líder del grupo violento.
Los canticos de los ultras con consignas políticas en contra de la independencia de Kosovo, como así también por el acercamiento del país a la Unión Europea, confirman lo denunciado por las autoridades serbias, atribuyendo estos actos a temas políticos y no futbolísticos, y que los violentos, de ideología ultranacionalistas, acudieron al estadio con la clara intención de suspender el partido; como ejemplo de esto queda la agresión previa al encuentro sobre el micro que trasladaba a sus propios jugadores.
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