Tras empatar cero a cero en los 120 minutos, Argentina le ganó a Holanda 4 a 2 en la definición por penales y jugará la final ante Alemania.
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Tras 24 años Argentina vuelve a jugar el partido más importante del Mundial, esa final que se le niega desde Italia 1990, y que paradójicamente tendrá al mismo rival enfrente, Alemania, la que le ganó en aquella definición, pero la que supo vencer en la de Méjico 1986; esa misma Alemania que en 2006 y 2010 le puso fin al sueño albiceleste en cuartos de final, por eso, para Argentina, llegar a esta instancia tiene mucho detrás.
Pero para llegar hasta aquí los dirigidos por Sabella tuvieron que pasar 120 minutos durísimos ante Holanda, en un partido que fue estratégico de punta a punta, con Argentina completamente comprometido en cortarle los circuitos al rival, y así controló gran parte del partido, y solo perdió terreno sobre el final, cuando el cansancio se hizo presente, y aquí se sostuvo en la entrega de cada uno de los jugadores, teniendo como estandarte a Mascherano.
El suplementario fue otra partida de ajedrez, movimientos justos y necesarios de ambos, poco riesgos tomados y entrega por demás. Y en los 30 minutos, y aunque Holanda tuvo mas la pelota, fue Argentina el que lo tuvo para ganar, pero Palacio y Rodriguez definieron mas sus chances.
Fin de los 120 minutos y fue el turno de los penales, y aquí apareció la figura de Sergio Romero, que atajando el primer y el tercer penal, y bien respaldado por las conversiones de Messi, Garay, Agüero y Rodriguez, fue victoria de Argentina por 4 a 2 desatando un festejo sin fin, con aroma a desahogo, con aroma a revancha, y cargado de esperanza para un selección que va de menor a mayor y que a pesar del desgaste físico, llega a la final en su mejor momento.
Así las cosas, el Maracaná será la próxima escala de la albiceleste, Alemania será su rival, y desde las 16 horas comenzarán a escribir una nueva historia.
Julio Carvajal
Fútbol de Naciones
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